Así pues decidí compartir con mi amigo y compañero de batallas José este dulce (aveces amargo) veneno que es la pesca a mosca.
Tejido el maquiavelico plan dirigimos el coche a Alfarrás entre niebla y temperaturas bajo cero y despues del desayuno de rigor llegamos al destino.
El dia no se presentaba NADA bien pues la temperatura a pie de rio estaba entre los menos -5Cº y los 0C º y en ningun momento del dia se levanto la niebla heladora. El frio era tal que nuestras
colas de rata se veian obstruidas por autenticos cubitos de hielo y cosntantemente nos vimos
obligados a romperlos con los dedos.
Pese a las adveridades meteorológicas, y ante nuestro asombro, la actividad de las truchas era frenética como si fuera la última oportunidad de alimentarse en su vida. Así pues, las picadas se sucedieron continuas durante toda la jornada.
Bien!!! José ya empezaba a disfrutar!! Llegando a pescar en su primer dia mas de 10 truchas ( quizas más).
Antes de emprender el viaje de regreso a casa decidimos tentar las truchas del tramo sin muerte donde viven autenticos misiles. Llegando a la pasarela de cemento ya divisamos unos tres o cuatro de esos torpedos que se apresuraron a esconderse asustados. I claro.... -ya no van a picar! pensamos. Pero José lanzó su nifilla al agua, sin ningua esperanza de picada, solo para poder decir que almenos se habia intentado cuando se golpe, sin previo aviso, se doblo la caña como nunca y el
chirriar del carrete confirmó que definitivamente José se ha envenenado!!!!!
412008 |